Pasion Por Un Angel.

Tú, que caes del cielo, te vuelve humana y me pide un beso.
Yo, que camino flotando, saco alas y te doy una flor.

Como somos tan iguales cuando doblegamos nuestros cuerpo en el colchón, que irónica se nos vuelve la noche que cambio la luna por un farol.

Yo, que te veo venir, me asusta y te dejo entrar.
Tú, que vas llegando, te ríes y te quedas en el umbral.

Así se nos pasa las horas con este juego mortal, quien gana, quien pierde, tendrá importancia el final. Si los roces son para los mortales, que nos hace excitar.

Caminare como los siglos me han enseñado, tu levantas tus alas e iluminas mis pasos desde los altos, y cada vez que sientas ganas, bajas y elévame, que sean testigo las estrellas cuando hagamos el amor sobre la nubes. Y envidia seremos en el cosmos, y el sol y la luna se fundirá en un eclipse total y tontos los planetas quedaran, cuando no encuentre musa a cual amar.

Ya ves mi ángel celestial, aunque rías y este en el umbral, a mis brazos te vas a querer entregar, porque son muchas las batallas de amor que en el cielo vamos a librar. Así que enredémonos nuevamente en los suspiros del deseo y toquémonos hasta que las huellas de nuestras heridas borren y nuestros labios se gasten, permita que las yemas de mis dedos recorran el camino de tus muslo hasta encontrar el centro donde explota y te vienes en regocijos.

Por ese instante seamos uno, que las batallas del amor son largas y debemos llegar al final aunque nuestros cuerpos se agoten.

Así que abres tus alas ángel celestial, vuela y vuela, y cuando te aburras allá arriba, recuerda bajar que aquí estaré esperando para que nos elevemos otra vez.

Sin despedida.

Como sigilosa brisa fresca llegaste a mi puerto, vestida de ternura y sonrisa perfecta,  provocando de un solo golpe el mas profundo deseos de mi ser.

Así de sigiloso fueron los días  llenos de placeres, ternura que se desbordaban de locuras, pasiones que a escondida provocaba celos al silencio,  miradas inquietas llenas de esa magia que nos invocar cada vez que buscamos unir nuestros cuerpos.

También sigilosa fuiste cuando te fuiste, ya no había brisa fresca, solo se veía la sonrisa perfecta alejándose mas de mi puerto, así como llegaste partiste, si mas, solo zarpando por el mismo mar que te trajo.

Solo ten presente que las estrellas por muy lejos que estén  se pueden ver desde la tierra, asi, por mi lejos que estés,  puedo sentir los latidos de tu corazón.